La salud ocupacional representa un desafío crucial para la consecución de empresas más saludables y competitivas, así como para el fortalecimiento de ocupaciones sostenibles. Para promover la salud en entornos organizativos, resulta necesario desarrollar políticas que fomenten la salud, al tiempo que se minimizan aquellas que puedan tener efectos perjudiciales.
Contextualización
El agotamiento emocional emerge como uno de los componentes principales del síndrome de burnout, un fenómeno que ha captado un creciente interés en los últimos años debido a sus impactos adversos en la salud y bienestar de los trabajadores (Koutsimani et al., 2019). En nuestro artículo, publicado en la revista «Sleep and Biological Rhythms» (Fernández-Salinero et al., 2023), exploramos la relación entre este constructo y el insomnio, destacando el papel crucial que desempeña el engagement en la complejidad de esta dinámica.
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Persona agotada trabajando. Representación del agotamiento emocional.
Ahondando en su definición, el agotamiento emocional se refiere a un estado de fatiga emocional, mental y física que resulta de la exposición prolongada al estrés laboral. Se caracteriza por sentimientos de agotamiento, desgaste, falta de energía, desmotivación y una disminución en la capacidad para enfrentar las demandas laborales (Maslach y Leiter, 2006). Lógicamente, el agotamiento repercute en la vida personal, social y laboral de las personas.
Desde la teoría de las demandas-recursos laborales, las demandas podrían producir estrés en el organismo. Un estado prolongado de demandas para las cuales no se tienen recursos suficientes, podría conllevar un deterioro de la salud que, con el tiempo, podría conllevar desgaste y burnout.
Por otro lado, el engagement, en el contexto laboral, se refiere al estado vigor, dedicación y absorción en las tareas (Kahn, 1990). El vigor se relaciona con los elevados niveles de energía que experimentan los trabajadores. La dedicación hace referencia a la sensación de encontrarse involucrado en el propio trabajo. La absorción se relaciona con la sensación de estar concentrado e interesado en el propio trabajo. Algunas investigaciones intentaron vincular el engagement como lo opuesto al burnout, pero se ha demostrado que son constructos diferentes y no necesariamente opuestos (Schaufeli et al., 2002).
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El engagement está asociado a múltiples resultados laborales positivos
¿Hay alguna relación con el insomnio y el rendimiento e implicación en el trabajo? El insomnio es un fenómeno que las personas experimentamos muy habitualmente a lo largo de nuestra vida. Hay investigaciones que han encontrado que incluso más de un 60% de la muestra cumplían los criterios para ser diagnosticados (Bjorøy et al., 2020). Es evidente que, el insomnio afecta a todas las áreas de nuestra vida, pero ¿qué dice nuestra investigación?
Nuestra investigación
En nuestra investigación, llevada a cabo en una muestra de 823 individuos, se identificó una correlación significativa entre el agotamiento emocional y el insomnio, destacando una relación directa entre ambos fenómenos. Esto implica que las personas que experimentan agotamiento emocional en el ámbito laboral presentan una mayor probabilidad de experimentar alteraciones en sus patrones de sueño.
Introduciendo el engagement en la ecuación, la interacción entre estos factores se manifiesta de manera significativa. En primer lugar, las personas que experimentan agotamiento emocional pueden utilizar el vigor como una estrategia para hacer frente a sus responsabilidades laborales. Sin embargo, surge la interrogante sobre la sostenibilidad a largo plazo de este esfuerzo adicional y hasta qué punto es saludable que un individuo se sobreexija para superar la situación. Este aspecto merece un mayor escrutinio en investigaciones futuras.
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Persona concentrada trabajando.
La complejidad del modelo se revela cuando los tres componentes del engagement entran en juego. Es decir, en situaciones donde alguien se encuentra agotado emocionalmente, el vigor le permite dedicarse más a su trabajo, experimentando una mayor concentración y absorción en las tareas. Esta dinámica, a su vez, se traduce en una reducción de la sintomatología insomne. El engagement puede funcionar como un recurso laboral que amortigüe los efectos del agotamiento emocional durante un tiempo. No obstante, para comprender completamente cómo evoluciona un individuo a lo largo del tiempo en condiciones de agotamiento emocional, se requieren análisis longitudinales en futuras investigaciones. Estos estudios podrían arrojar luz sobre la duración y las consecuencias a largo plazo de la utilización del vigor como estrategia de afrontamiento en contextos de agotamiento emocional.
Conclusión
En resumen, este estudio proporciona un punto de partida para comprender la compleja relación entre el agotamiento emocional, el insomnio y el engagement. Nuestro estudio ofrece vías para la reflexión en las organizaciones y los profesionales de recursos humanos, brindando la oportunidad de implementar dinámicas orientadas a reducir el agotamiento emocional de los empleados, en aras de mejoras no solo a nivel personal, sino también a nivel organizacional y social.
En un mundo laboral cada vez más enfocado en el bienestar de los empleados, comprender y abordar a tiempo el impacto del agotamiento emocional y sus consecuencias sobre variables de salud como el insomnio es fundamental para promover entornos laborales viables y sostenibles. Este estudio representa un paso significativo hacia la creación de estrategias efectivas que fomenten el bienestar integral de los trabajadores y contribuyan a un compromiso laboral positivo y duradero. Sin embargo, la investigación de las variables organizacionales requiere de mayor profundización y sobre todo, de un seguimiento en estudios longitudinales que puedan expandir la óptica de los fenómenos de estudio. Al ser difícil lograr estudios experimentales, es complejo establecer relaciones causales. No obstante, las políticas organizacionales no deberían obviar estos hallazgos y aplicar medidas para la reducción del agotamiento en sus empleados.
Autores
Samuel Fernández-Salinero. Psicólogo Colegiado. Doctor en Psicología de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos.
Gabriela Topa. Catedrática de Psicología Social y de las Organizaciones. Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Juan José Fernández Muñoz. Profesor Titular. Área de Metodología. Universidad Rey Juan Carlos.
Referencias
Bjorøy, I., Jørgensen, V. A., Pallesen, S. y Bjorvatn, B. (2020). The prevalence of insomnia subtypes in relation to demographic characteristics, anxiety, depression, alcohol consumption and use of hypnotics. Frontiers in psychology, 11, 527.
Fernández-Salinero, S., Topa, G. y Fernández Muñoz, J. J. (2023). Does engagement help to reduce insomnia when workers are emotionally exhausted?. Sleep and Biological Rhythms, 21(1), 13-21.
Kahn, W. A. (1990). Psychological conditions of personal engagement and disengagement at work. Academy of management journal, 33(4), 692-724.
Koutsimani, P., Montgomery, A. y Georganta, K. (2019). The relationship between burnout, depression, and anxiety: A systematic review and meta-analysis. Frontiers in psychology, 10, 284.
Maslach, C. y Leiter, M. P. (2006). Burnout. Stress and quality of working life: current perspectives in occupational health, 37, 42-49.
Schaufeli, W. B., Salanova, M., González-Romá, V. y Bakker, A. B. (2002). The measurement of engagement and burnout: A two sample confirmatory factor analytic approach. Journal of Happiness studies, 3, 71-92.
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