Por qué el uso de la tecnología y las redes sociales son «el nuevo campo de batalla» de la salud psicológica?

Ilustración de figura femenina saliendo de una pantalla de móvil hacia un entorno de vegetación.

 

Cuando en 1960 mi tío sacó a pasear a mi abuelo en su coche nuevo pisó con fuerza el acelerador por la carretera hacia Palencia y lo puso a más de 100 kilómetros por hora. Mi abuelo, por aquel entonces, jamás había corrido en su antiguo automóvil a una velocidad superior a los 70 km por hora y sintió cómo el vértigo de la velocidad le erizaba el vello del cuerpo.

Al regresar, preso aún del temor al descontrol que le producía viajar a esa velocidad de vértigo donde el paisaje inhóspito del verano castellano se desdibujaba como una suave bruma ante sus ojos, contó a su familia que esa máquina voladora se convertiría un día en una fabulosa arma para matar.

Este sentimiento de temor arrebatado ante lo nuevo y desconocido que sintió mi abuelo me recordó una frase de Nietzche que dice: “cada tecnología aparece como demoníaca para la que se convierte en obsoleta”.

Quizás esta forma inicial de reaccionar forma parte de todo proceso de adopción humano.Pero la pandemia venció muchas de nuestras reticencias iniciales y nos demostró con creces las gigantescas ventajas que los avances tecnológicos nos proporcionan y cuánto nos ayudaron para mantenernos conectados y productivos en nuestros trabajos.

Sin embargo, estos avances están siendo analizados a la luz de las nuevas investigaciones científicas para corregir el impacto negativo que las TIC pudieran plantear.

LAS NUEVAS TECNOLOGIAS Y LA MADUREZ DIGITAL

En realidad, somos los más viejunos, aquellos que no podemos ser considerados “nativos digitales, un término acuñado por Prensky para referirse a los niños nacidos en torno al año 2000 quienes observamos entre expectantes y preocupados algunos de los efectos negativos de estas nuevas tecnologías con sus múltiples aplicaciones y de la asombrosa IA.

Esta inquietud proviene de que este nuevo ecosistema virtual (informacional, relacional y social) incide en ámbitos fundamentales de la construcción del ser humano como:

* La formación de la personalidad

* La socialización

* Las ganas de saber, es decir, en el aprendizaje y

* La salud mental.

Pues bien, ya en el año 2010, científicos como Carr eran acusados de agoreros cuando aventuraba toda una serie de peligros que deberíamos afrontar en el futuro con la irrupción de la tecnología de la información y de la comunicación, las TIC. Predecía:

  • A nivel de salud física: obesidad consecuencia del elevado sedentarismo o el desgaste visual.
  • En la salud mental y bienestar psicológico enumeraba las siguientes:
    1. Dificultades para retener información
    2. Pensamiento superficial y escaso análisis crítico de la información
    3. Falta de foco en las tareas complejas
    4. Tendencia a las gratificaciones inmediatas propias de personalidades inmaduras
    5. Tendencia al aislamiento social
    6. Déficit en la socialización
    7. Nuevas adicciones
    8. Disminución del cociente intelectual

Frente a esto….

¿QUÉ TEMORES SE HAN CUMPLIDO?: UNA ADVERTENCIA URGENTE

En el sector educativo se debate en la actualidad el impacto de la IA en el aprendizaje de los niños/as y la presencia o no de los móviles y tabletas en las aulas.

Las sociedades científicas hablan de un problema de “salud pública” de primer orden y denuncian una “nueva epidemia” por el abuso de los dispositivos digitales en los hogares, los colegios y los institutos. Pues se comienza a demostrar, cada vez con más consistencia, que los alumnos aprenden más y se distraen menos con libros de texto de papel y escribiendo a mano y que las pantallas, tal y como se usan en la actualidad, no hacen ninguna falta.

En un periodo de 5 años, desde la denominada Ley Celáa (2020), las disposiciones gubernamentales han dado un giro radical pasando de llenar las aulas de aparatos electrónicos a promover en 2024 un pacto nacional liderado por Pilar Alegría para prohibir los móviles en los colegios pues es la primera vez que un sistema educativo contribuye a afectar al neurodesarrollo de los menores.

Fila de estudiantes de secundaria con ordenadores

La ministra de Juventud e Infancia Sira Rego, ya no defiende el uso de las pantallas en las aulas, sino que obliga a las escuelas a regular su utilización y quiere que en todos los dispositivos haya controles parentales y etiquetas como las de las cajetillas de tabaco.

A estas nuevas regulaciones se suman las Sociedades científicas que recomiendan también el menor uso posible de internet y las redes sociales dado que alertan de que un uso de más de dos horas totales diarias tiene relación con el deterioro cognitivo, incluso en personas adultas. Pero, ya vamos tarde porque el 60% de nuestros jóvenes se conecta más de 4 horas diarias.

Por otro lado, respecto a la irrupción de la poderosa IA la Fundación Cotec en su informe (2025) IA y educación. Radiografía de la percepción ciudadana sobre el rol e impacto de la IA en el sistema educativo español, propone aprovecharla para mejorar los “procesos educativos” en el aula y darla un espacio, pero se encuentra con que un 60% de profesores y profesionales del sector y un 61,5% de la población general no están suficientemente formados y tienen una percepción negativa.

HIPERCONEXIÓN Y SALUD MENTAL

En el lado de los padres, les preocupa el impacto de la hiperconexión y se quejan abiertamente de ello. Piensan que ser adolescente en este tiempo es mucho más difícil que en otras épocas históricas y culpan en su mayoría a las redes sociales (Pew Research Center, 2025).

Sospechan que el aumento de las tasas de mala salud mental entre los jóvenes, que saturó los servicios de salud mental después de la pandemia, está relacionado, no ya sólo con factores económicos como la pobreza, que también, sino con un mal uso generalizado de las redes sociales que la deterioran.

Incluso, consideran que el peligro para nuestros menores ya no se halla fuera de casa, sino agazapado en el interior de la oscuridad de sus cuartos pues sólo necesitan una pantalla conectada a internet para exponerlos a golpe de clic a contenidos dañinos y a personas con intenciones peligrosas.

Reclaman a las empresas tecnológicas mayor implicación en la protección de los menores y la creación de espacios seguros y adecuados para ellos (Heat Initiative, 2023)

Bebe con tablet

¿CÓMO LOS VEN NUESTROS MENORES?

La percepción de los adolescentes de entre 13 y 17 años es muy distinta. Por un lado, son conscientes de que pasan demasiado tiempo en redes sociales, en concreto un 45% en 2025 frente al 36% en 2024, y así lo declaran en el último estudio realizado por el prestigioso instituto americano el Pew Research Center (2025).

Pero mantienen una percepción positiva que se debe en parte a que la socialización entre pares es muy importante para ellos en esta franja de edad pues se embarcan en un proceso de individuación y de construcción de una identidad propia dentro de un contexto social y relacional que ya ha cambiado.

Ahora se juega todo en un espacio mixto, virtual y real, entre lo lejano y lo cercano. Las redes sociales son también “sociables, una ventana abierta al mundo donde los adolescentes se miran y dan lugar a lo que se denomina una “sociedad aumentada” donde explosionan toda una cantidad y variedad de relaciones sociales y muchas de ellas responden a una combinación on-off online.

De hecho, el 74% mantiene una percepción positiva de ellas y declara que les hace sentirse más conectados con sus amigos y el 65% como un lugar donde pueden expresar su creatividad.

¿QUÉ OBSERVAN LOS PADRES?

El impacto negativo de estas plataformas está en que los ven:

  1. Sentirse presionados a actuar o verse de cierta manera.
  2. Están expuestos a interacciones negativas del tipo: comentarios negativos en redes, acoso, likes, sextorsión, etc. Que a su vez es una cuestión atravesada por el género dado que lo sufren más las chicas que en chicos.
  3. Están constantemente conectados, sumergidos en la vida virtual lo que les genera dudas acerca de cómo lidiarán con el mundo real y los ven desconectados muchas veces de sí mismos.

Sobre todo, observan en ellos la aparición de conductas evitativas o fóbicas a la hora de relacionarse y de mantener conversaciones en persona, ¿son estas nuevas costumbres expresión de un deficiente ajuste emocional en las relaciones y de sus habilidades sociales?, ¿Compromete su adaptación a un mundo real relacional?

Un padre con gran elocuencia ofrecía este testimonio:

“Las redes sociales son una lacra para la sociedad, especialmente para los adolescentes. No pueden escapar de las presiones sociales y se ven constantemente bombardeados por imágenes y contenido que los hace sentir inseguros y menos que perfectos lo que les genera estrés excesivo del que no pueden escapar”.

Fila de niños y niñas mirando todos a sus móviles

¿QUÉ DICEN LOS ESTUDIOS PSICOLÓGICOS CIENTÍFICOS ACTUALES ?

Si Bill Gates fue radical para reducir la exposición de sus hijos a las pantallas o Chris Anderson, otro gurú de las tecnológicas, afirmaba que “en la escala entre los caramelos y el crack, esto está más cerca del crack, entonces ¿por qué deberíamos nosotros hacer algo diferente con nuestros hijos e hijas? ¿Qué razones nos ocultan?

David Ezpeleta, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología, alertó de que “los móviles generan unos microestímulos de corta duración y alta intensidad similares a los de las tragaperras, una adicción que modifica el cerebro y disminuye la concentración, la memoria y el aprendizaje”.

Se estima que esta adicción afecta al 5% de la población joven y se ha descrito recientemente como más adictivas que el alcohol o que el tabaco.

Su naturaleza adictiva proviene de fomentar la “urgencia” y la impulsividad en la forma de usarlas. Y, ésta es la clave del éxito de su gigantesco crecimiento económico. (R. Tomé López, 2022)

 Asimismo, empeoran la salud mental adolescente.  Y, esto ha sido corroborado por el catedrático de Harvard, Dr. Martínez González quien habla de una “epidemia neuropsíquica.

Hasta el momento sólo disponíamos de estudios correlacionales, pero se acaba de demostrar científicamente que la sobreexposición a las pantallas es la “causa principal” en el deterioro de la salud mental y que afecta de forma negativa al propio desarrollo cerebral tanto estructural como funcionalmente, así como en la mielinización del cerebro.

Y, esto es importantísimo, porque la mielina es una sustancia que recubre las neuronas y que facilita la trasmisión de los impulsos nerviosos, es decir, su comunicación. Por tanto, tendremos a personas con un cerebro menos desarrollado y peor conectado. Con funciones ejecutivas más pobres, que son las más superiores, las que nos ayudan como seres humanos a pensarnos a nosotros mismos y que además intervienen directamente en la regulación emocional y conductual.

Para las compañías tecnológicas parece un match perfecto, adolescentes poco críticos haciendo un scroll infinito del móvil mientras les venden sus productos. Bingo!.

UN PROBLEMA POLIÉDRICO NECESITADO DE VARIOS ACTORES

Para hacer un buen uso debemos discriminar el grano de la paja y a la luz de los conocimientos científicos exigir una intervención múltiple que:

  1. Incorpore a nivel institucional regulaciones gubernamentales basadas en información científica que reduzca los riesgos en salud mental y garantice un adecuado desarrollo integral de la persona. Anu Bradford, catedrática de Derecho y Organizaciones Internacionales de la Universidad de Columbia, nos anima a no perder de vista la cruda realidad:

          “No es que las compañías tecnológicas quieran destruir la sociedad, es simplemente que no les importa lo suficiente para

          establecer límites. Y, como su motivación es el beneficio económico, no responden al interés público”. 

  1. Procurar estar al tanto y mantenernos adecuadamente informados.
  1. Integrar en nuestra vida hábitos personales y familiares. De poco sirve hablar a nuestros hijos/as si los adultos no somos capaces de ofrecer un modelo adecuado del que aprender. 
  1. Animarnos a explorar y mejorar nuestra formación digital tanto en el sector escolar como en las familias.

 Porque si hay un reto para nosotros hoy como sociedad es que usemos todo el potencial maravilloso que la nueva tecnología nos ofrece, con conciencia y a nuestro favor.

Raquel Tomé López – Col. M-14725

Psicóloga General Sanitaria

Psicoterapeuta y Neuropsicóloga

Directora del Centro Guía de Psicoterapia y Psicología (Madrid)

www.centroguiadepsicoterapia.com

  • Faverio, M., Anderson, M. & Parque, E., (2025) “Teens, Social Media and Mental Health” – Pew Research Center Survey 2025. Pew Research Center United States of America.
  • Martínez González, M. A. (2025) Doce soluciones para superar los retos de las pantallas”. Planeta.
  • Tomé López, R. (2022). ¿Se puede evitar que Instagram afecte a la salud mental?” Una explicación psicológica. Cuerpo Mente.  https://www.cuerpomente.com/psicologia/instagram-salud-mental-psicologia_9793

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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