Psicología Económica en las organizaciones

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Psicología Económica en las organizaciones

La Psicología Económica en las organizaciones puede aportar nuevas herramientas para afrontar los desafíos tradicionales de los departamentos de marketing, diseño de productos o finanzas y los más novedosos que aparecen en Recursos Humanos, concretamente, en formación, gestión de personas o salud laboral.

Autoría. Esta entrada ha sido elaborada, principalmente, por PATRICIA MARTÍN GÓMEZ, psicóloga, miembro del Grupo de Trabajo de Psicología y Economía del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

Efectivamente, en las direcciones de recursos humanos, a lo largo de la última década, se comparte la idea de la necesidad de incorporar nuevos modelos de trabajo. Si bien es cierto que la llegada de la Psicología Económica en las organizaciones no está siendo un camino fácil ni sencillo, a medida que avanza la conciencia sobre la necesidad de introducir cambios en el modelo productivo muestra una clara llamada a la acción.

https://psicologiayeconomia.com/psicologia-economica-definicion-procedimiento-y-ambito

En este contexto, los profesionales de la Psicología sabemos que las decisiones y conductas, tanto a nivel individual como colectivo, están influenciadas por factores que poco o nada tienen que ver con la racionalidad. Las emociones conducen nuestras decisiones, nuestras relaciones con los demás tienen también un impacto considerable en nuestras acciones. Para lograr tener un verdadero impacto en las organizaciones, debemos ser capaces de extraer el conocimiento teórico de nuestra disciplina. También, demostrar su utilidad con aplicaciones prácticas en el entorno profesional y organizacional.

¿Qué es la Psicología Económica?

Entre las posibles definiciones de psicología económica que podíamos utilizar, seguiremos la que nos ofrece el profesor Tomás Bonavía en una reciente entrevista que le hemos realizado.

“… el modo más preciso y sintético de definir la psicología económica es afirmar que estudia las conductas económicas. Objeto de estudio que compartimos con otras disciplinas, muy destacadamente con la Economía, lo que explica la naturaleza interdisciplinar de la psicología económica”. 

En esta misma entrevista, ante la pregunta de ¿Qué áreas dentro de una organización o empresa son más propicias para que se integren los profesionales de la Psicología económica?, Bonavía nos contestaba que, además de otras: «…dentro del Departamento de recursos humanos colaborando en todas sus funciones, porque creo que es muy relevante señalar en este punto que la Psicología del trabajo y las organizaciones y la Psicología económica mantienen un estrecho vínculo. Trabajar es una conducta económica y como tal no se puede entender bien sin atender a sus aspectos psicológicos y económicos, que siempre están presentes cuando estamos trabajamos y que afectan del mismo modo a la organización en su conjunto».

Un poco de historia

Desde su nacimiento, a principio del siglo pasado, de la mano de autores como  los psicólogos Tarde y Katona (1), la Psicología Económica ha ido adquiriendo un destacado protagonismo en áreas significativas de las organizaciones, los grupos, las instituciones públicas y la sociedad. Tradicionalmente, la Psicología económica o Economía de la conducta se ha relacionado con el mundo del marketing y el comportamiento del consumidor por un lado y con el ámbito financiero, inversión, ahorro, pensiones, etc. por otro.

Especial mención para Herbert Simon que con sus aportaciones sobre la racionalidad limitada, en contraposición a los supuestos de racionalidad en los que se basaban las teorías económicas clásicas, contribuyó a los nuevos enfoques económicos que contemplan variables y procesos psicológicos en la toma de decisiones. 

Actualmente, además de su presencia, en las áreas citadas, en grandes organizaciones y en organizaciones gubernamentales relacionadas con Administraciones Públicas tan importantes como USA y Reino Unido. La PE sigue avanzando y demostrando su eficacia en, por ejemplo, salud laboral y gestión de personas, innovación y desarrollo de producto, seguridad y ciberseguridad, formación y educación, etc.

Kahneman. Heurísticos y Sesgos

El psicólogo, recientemente fallecido (27 de marzo, 2024), Daniel Kahneman (Premio Nobel de Economía en 2002) es considerado uno de los fundadores y propulsores de la disciplina que hoy, aunque con posibles matices diferenciadores, conocemos como Psicología Económica, Economía de la Conducta o con la denominación en inglés “Behavioral Economics”.
Kahneman y Amos Tversky, realizaron, desde finales de la década de los años 70 del siglo XX, investigaciones que permitieron la conceptualización de lo que conocemos como heurísticos y definieron los tres tipos de heurísticos básicos: representatividad, accesibilidad y anclaje y ajuste.
En Psicología, cuando se estudia el razonamiento probabilístico, aparece el enfoque de los heurísticos. Estos constituyen reglas y estrategias que se aplican para inferir una estimación o una predicción. Como señalan algunos autores, “se trata de convertir una toma de decisiones compleja en más sencilla”.
Si no tuviéramos la posibilidad de hacer inferencias, dependeríamos de un conocimiento muy específico para cada situación. Cualquier decisión debería pasar por disponer de toda la información y tener la capacidad de procesarla en el tiempo disponible.
Precisamente, esta estrategia intuitiva, rápida y que exige pocos recursos cognitivos, (relacionada con el Sistema 1 descrito en la Teoría Dual de Kahneman) puede originar distintos errores sistemáticos característicos de cada heurístico, denominados sesgos o falacias.

Los sesgos cognitivos aparecen, así, como errores sistemáticos del razonamiento humano producidos como resultado de diversos procesos, como son el procesamiento de la información mediante heurísticos, motivaciones emocionales y morales, la influencia social, etc.
Según abandera la Psicología Económica, el comportamiento humano está marcado por los sesgos derivados del uso de heurísticos en nuestro razonamiento. Para cambiar, adecuar y mejorar dicho comportamiento, éste puede orientarse, en la dirección correcta, mediante los denominados “empujones” (nudge en inglés) adaptados a cada uno de los sesgos.
https://blogpsicologia.copmadrid.org/psicologia-economica/

 “Nudges”, empujones o acicates

La teoría del empujón es un concepto utilizado en la Economía de la Conducta. Propone formas de influir en las elecciones y comportamientos de las personas a través de cambios sutiles en el entorno en el que se toman las decisiones. Más adelante veremos que, en el ámbito, por ejemplo, de la formación de los empleados, aparecen como pequeñas intervenciones que alteran la conducta de los participantes de una forma predecible manteniendo siempre la libertad de elección de la persona trabajadora.

Kahneman. “Ruido”

Una de las últimas aportaciones de Kahneman se hace en el libro “Ruido. Un fallo en el juicio humano” en el que, junto a otros autores, indica que “El juicio humano suele presentar dos tipos de errores: el sesgo y el ruido”. Estos autores definen ruido como “la variabilidad no deseada en juicios sobre un mismo problema”.

En este libro los autores responden a la pregunta ¿Cómo puede una organización reducir el ruido en sus decisiones?  Sugieren que “hay que reconocer que existe este problema y que merece la pena prestarle atención y hay que evitar exponer a las personas a información que no es relevante para su toma de decisiones”.

Psicología Económica en el ámbito laboral

En el ámbito laboral, podemos señalar distintas aplicaciones de la psicología económica en formación y desarrollo de talento, cultura corporativa, bienestar laboral, compensación y beneficios, igualdad e inclusión, experiencia de empleado, entornos de trabajo y rendimiento profesional.

Por ejemplo, conocemos cómo las aplicaciones prácticas de la Psicología económica están ayudando a las direcciones de Recursos Humanos de las organizaciones a lograr un mayor impacto en la adquisición y desarrollo de nuevas competencias. Habitualmente, durante los procesos formativos, el objetivo solía ser dar a conocer toda la información posible asumiendo que, simplemente con ello las personas adoptarán la nueva competencia o actuarán según el modo transmitido. La Psicología económica nos ha enseñado que tener la información adecuada no es suficiente para que las personas pasen a la acción. Las sesiones de formación siguen siendo necesarias para informar y preparar el camino para el cambio, pero debemos ir más allá.

Una de las aplicaciones de nuestra disciplina es el uso de la “influencia social” para fomentar la adhesión voluntaria a la formación. Cuando se utiliza al correcto transmisor, como herramienta, la asistencia a la sesión aumentará. Siempre que quien remite las convocatorias para la sesión es una persona con influencia sobre el grupo, y que, además, está comprometida con el éxito de la sesión.  Otro ejemplo, directamente relacionado con la psicología económica lo encontramos en la aplicación de “empujones o acicates”.

Profesionales comprometidos y cómodos

La Psicología económica nos proporciona el conocimiento para diseñar entornos de trabajo que hacen que los profesionales se sientan comprometidos y cómodos, fomentando que trabajen de manera efectiva y eficiente. Esto se traduce en beneficios tanto para la organización como para la sociedad en su conjunto. No podemos perder la oportunidad de trasladar nuestros conocimientos científicos y académicos, al ámbito profesional de las organizaciones.

También encontramos aplicaciones en el ámbito de la retención del talento con el principio de equidad como foco central de la estrategia, fomentando el sentimiento de pertenencia o usando la comunicación interna como vehículo transmisor de la cultura organizacional. Así pues, conocer cómo funciona el cerebro, cómo impactan la emoción y la saturación cognitiva durante los procesos de incorporación de nuevos profesionales, ayuda a las organizaciones a mejorar sus programas de acogida, entre otros.

Salud y bienestar laboral

Una de las áreas de las organizaciones en las que es posible que la Psicología Económica tenga mayor desarrollo es en el ámbito de la salud y bienestar laboral. Este es un entorno determinante en las organizaciones. Generalmente, además, existe obligatoriedad de cumplir normativas diseñadas para adoptar comportamientos compatibles con la prevención de riesgos físicos y psicosociales. Pero, esta regulación esta basada en el castigo de comportamientos inadecuados que, a veces, puede provocar rechazos, tanto en los empleadores como en los empleados. Así, se puede entrar en procesos circulares de «cumplo para que no me pillen, pero si creo que no me van a pillar (o pagar multas, me compensa), no cumplo».

Realmente, la salud y el bienestar laboral se consigue con un compromiso mutuo de empleadores y empleados, convencidos y motivados para minimizar los riesgos y maximizar el bienestar y la salud. La psicología económica puede ayudar a detectar la aparición de determinados sesgos, cuyos efectos pueden resultar peligrosos, y aportar intervenciones que palien dichos efectos negativos.

Cambios conductuales

Dado que la economía de la conducta está dando sus primeros pasos en las áreas de Recursos humanos, sobre todo en España, lo más habitual a la hora de introducir esta disciplina en las organizaciones es encontrarnos con contribuidores individuales. Es decir, profesionales con un amplio conocimiento de las ciencias sociales, tanto de psicología como de economía, y que además conocen bien la estructura interna de la organización, el mercado en el que opera y son capaces de trabajar de forma individual y autónoma. Estos profesionales suelen centrar su estrategia de acción en concienciar a la dirección de las organizaciones utilizando para ello  intervenciones de bajo coste económico y de recursos, pero con el impacto organizativo más relevante posible.

Estos cambios se van a encontrar con barreras organizacionales en su implementación que incluyen elementos estructurales, financieros, adquisición del conocimiento y cultura del lugar
de trabajo y barreras derivadas de comportamientos y actitudes predeciblemente irracionales que impactan tanto en los individuos como en los grupos.

Para la introducción de estos cambios organizacionales la Psicología económica nos aporta técnicas sustentadas en el: «Hazlo fácil», «Hazlo personal» y «Lígalo a la compensación» tal y como se resume en el siguiente esquema.

Conclusión.es

La Psicología económica no ha tenido una trayectoria fácil en sus más de 100 años de vida. Estamos ante una nueva ventana histórica dado que confluyen diversas circunstancias económicas, sociales y psicológicas que pueden favorecer su desarrollo e implantación en las organizaciones, instituciones y sociedad.

Una de estas circunstancias es la globalización que hace que las experiencias conductuales de organizaciones multinacionales e instituciones nacionales y supranacionales puedan ser adaptadas, mejoradas y replicadas con éxito en cualquier parte.

Otra, la espectacular disrupción que han supuesto los avances tecnológicos relacionados con internet y, más recientemente, la inteligencia artificial.  Precisamente, uno de los precursores de la IA fue el citado H. Simon que, entre otras cosas, desarrolló programas y sistemas expertos capaces de resolver problemas complejos utilizando reglas lógicas y heurísticas.

Hoy, el horizonte a medio plazo de la IA se presenta como generador de nuevas posibilidades y nuevos contextos en las organizaciones propiciando la convivencia persona-máquina.

Pero, sobre todo, lo que está favoreciendo la implantación de unidades de Economía de la Conducta, en instituciones y organizaciones, es:

  • La constatación de las bondades de esta disciplina interdisciplinar mediante la observación de los resultados positivos de las intervenciones que, diseñadas por equipos propios o por consultoras especializadas, cada vez son más habituales.
  • La aparición de “formación específica” en Universidades (sobre todo privadas) y
  • La inclusión de profesionales de la Psicología en los equipos de “Behavioral Economics”.

(1)  Gabriel Tarde publicó en 1881, un artículo en la Revue Philosophique que posteriormente publicó en libro (1902), con el título de La Psychologie Économique y Katona, G. publicó (1965) “Análisis psicológico del comportamiento económico”. (Madrid: Rialp).

Autoría. Esta entrada ha sido elaborada, principalmente, por PATRICIA MARTÍN GÓMEZ, psicóloga, miembro del Grupo de Trabajo de Psicología y Economía del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

Algunas referencias bibliográficas.

Espallardo, O., Gámez, M., Martín Gómez, P., Navalón A. (Grupo de Trabajo de Psicología y Economía del COPM) y Bonavía, T., (2023). A FONDO. “Psicología Económica: Comportamiento del Consumidor y Salud” Guía del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Mayo 2023 – Nº 443 https://www.copmadrid.org/web/img_db/publicaciones/guia-de-la-psicologia-2023-vol-jun-n-444-6475df25dab65.pdf

Kahneman, D., Pensar rápido, pensar despacio, México, Debate, 2012.

Kahneman, D. y Frederick, S. (2002). Representativeness revisited: Attribute substitution in intuitive judgment. In T. Gilovich, D. Griffin and D. Kahneman (Eds.), Heuristics and biases: The Psychology of intuitive judgment. New York: Cambridge University Press.

Kahneman, D., Olivier Sibony, O. y Sunstein, C. (2021). Ruido: Un fallo en el juicio humano. PRH Grupo Editorial.

Kahneman, D. y Tversky, A. (1979). Prospect theory: An analysis of decisión under risk. Econometrica, 47, 263-291. Traducción al castellano por Hilda Gambara en Estudios de Psicología, 1987, 20, 95-124.

Martín, P. (2022). Incorporación de la economía de la conducta en el área de gestión del talento. Economía de la conducta. Una visión actual. Revista del Colegio de Economistas de Madrid, Nº179.

Navalón, A. (2022). Entrevista a Tomás Bonavía. Web COPM https://www.copmadrid.org/web/files/comunicacion/ENTREVISTA%20(ONLINE).pdf

Neal, D.T., & Wood, W. (2006). Ego-depletion and habits in everyday life. Duke University. Estados Unidos.

Simon, H.A. (1955). A behavioral model of rational choice. Quaterly Journal of Economics, 69, 99-118.

Singler, E. (2018). Nudge Management. Applying Behavioral Science to boost well-being, engagement and performance at work. Pearson. Francia.

Soman. D, & Yeung, C. (2021). The Behaviorally Informed Organization. Rotman-UTP. Canadá.

 

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